


Claramente muchos de los presos de Acapulco disfrutaban de la dolce vita en el penal estatal. Bromas aparte, cuando uno lee este tipo de noticias, se pregunta para qué sirven las cárceles en el pueblo hermano de México.
Interesado por esta noticia, hemos rastreado la misma y cada vez, nos sorprendemos más. Leyendo a nuestro admirado, Leo Zuckermann , éste comentarista y académico mexicano, nos relata cosas sorprendentes de este hallazgo; “De acuerdo a la literatura de centros penitenciarios, las cárceles pueden tener diversos objetivos: el castigo de la sociedad a un individuo que delinquió; una especie de venganza social contra una persona que violó las normas; un efecto disuasivo para que la gente respete la ley; y la prevención para que los delincuentes se encuentren encerrados y no en las calles delinquiendo. La teoría más moderna también argumenta que la cárcel debe ser un centro para rehabilitar y reeducar a los criminales, de tal suerte que éstos, al cumplir su condena, puedan reinsertarse a la sociedad y convertirse en ciudadanos de bien.

Tomando en cuenta estos objetivos, ¿para qué sirve una cárcel como la de Acapulco?, continúa Zuckermann, supongo que la pérdida de la libertad sí representa un castigo-venganza-disuasión-prevención para los criminales. Pero llegar a un penal con reglas relajadas, donde es posible pasársela bien, sobre todo si se tiene dinero, pues disminuye el malestar de estar en prisión. De esta forma se diluye el objetivo de castigo-venganza-disuasión-prevención del sistema penitenciario de un país.”.
Y no le falta la razón, teniendo en cuenta que con la cárcel, se pretende reinsertar al convicto, caray! Así, los estímulos no son muy acertados…apuntan a otra dirección.
De momento, este hecho, no parece algo aislado, de hecho, la Secretaría de Seguridad Pública reconoce que desde el interior de algunos centros de reclusión se organizan secuestros y extorsiones, e incluso han ocurrido casos en que líderes de carteles de narcotráfico se esconden en las cárceles para evadir a grupos rivales.
La independiente Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha dicho que los presos gobiernan en 100 de las 429 prisiones que hay en el país. Esto no es un chiste, más bien es terrorífico. Ojo, esto sin contar lo de Ciudad Juárez que, va a su aire y sus registros o estadísticas son superlativas.
Pero, regresando a la noticia del día, queremos relatar la organización, servicios y atenciones que esta “cárcel” de Acapulco tenía hasta el día de ayer:

En esa prisión también funcionaba una barbería, un restaurante de comida del mar y un centro de empeño, donde el administrador –también reo- prestaba dinero sus compañeros de celdas.Un caso que no es extraño en México. Semanas antes del hallazgo, soldados y policías federales desmantelaron un salón de fiestas que operaba dentro de la cárcel de Chihuahua. Que no es poco.

Por cierto, cuatro de las 19 mujeres encontradas durante el registro realizado en la madrugada del domingo al lunes han denunciado que sus Derechos Humanos "fueron violentados" y han aclarado que no son prostitutas como se había informado inicialmente, sino esposas o concubinas de los reclusos. Que no es lo mismo.
En rueda de prensa, estas cuatro mujeres han denunciado que las obligaban a pagar 100 pesos para poder quedarse más tiempo en las celdas de sus maridos e incluso quedarse a dormir en el ala reservada a los hombres en el penal. Asimismo, han denunciado que durante el registro fueron golpeadas y "nos llevaron a una celda oscura y nos desnudaron para ver si no cargábamos armas o dinero". Vaya tela. Un “paraíso” del ocio en una prisión.

Pues ya ven Vds., hay chistes que cuando se lleva a la vida real, no son cosas de risa.
Hola! Primero me rei mucho con el chiste, pero luego me hizo reflexionar bastante. Sería buenísimo poder despegar la corrupción de la política, per por ahora parece casi imposible.
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