"Hazme llorar con la verdad, para que no me destruyas con la mentira."
Cuando todo son ilusiones
en la vida y no tenemos en cuanta la realidad en el día a día, caemos en el error que nuestros mayores nos
recordaban con el famoso “cuento de la Lechera”. Para no aburrir, se trataba de
aquella joven que en la cabeza transportaba un gran cántaro con leche y
mientras andaba por aquellos caminos en demanda del mercado, hacía cuentas de
que iba a conseguir o mejor dicho, que iba a hacer con las ganancias de la
venta de aquella leche. En su mente, pasaron miles de cosas… e incluso,
pudieron ocurrírsele más, en que gastar esos beneficios, si no hubiera tenido la
desgracia de tropezar y al caerse el cántaro, se hubiera quedado toda la leche
esparcida entre hierbas, piedras y barro del camino. “Su gozo en un pozo”. Así
acababa la narración.
Son bastantes cosas las
que aprendemos más través del desenlace de este cuento o anécdota y muchísimas
sus conclusiones. De todos y todas es sabido que, se aprenden más de los
errores que los éxitos. De los errores, como nos duele, tomamos medidas para no
repetirlos… ¿Y de los éxitos?, esa cosa que es efímera como las modas y que
pasan a lo más tardar cada 4 años?. Pues, al menos en los últimos años, es de
dominio público, las encuestas y opinión ciudadana... No, no aprenden. No
aprende casi nadie.
Claro, que cuando ese
alguien es uno de los 106.000 habitantes de nuestra ciudad, ojo, también en una
inmensa mayoría de las localidades de las 52 provincias españolas, anónimos,
que pisan y sienten el dolor en las plantas de los pies, porque pisan unos más
y otros menos, el piso o firme de la calle y las consecuencias de ello, en el asfalto,
eso no importa.
Al fin y al cabo, se les
encuentra, se les localiza y se les “bombardea”, de manera metafórica, a través
de folletos, sobrecitos, mensajes de fonía y con las mejores de las sonrisas
por parte de ese grupo selecto que opta al poder cada vez y en vísperas de unos
comicios electorales.
Mira por donde, el anónimo,
pasa a tener nombre y dos apellidos, dirección, Código Postal y el cartero, jamás
se equivoca al llevarle ese “maravilloso “ sobre hasta el buzón o debajo de la
puerta. Todo sean facilidades para lo más importante para el “mundo”. Si, ese mundo que unos, legalmente, como no
podía ser de otra manera, disputan a otros en pos del poder.
Ay! el poder, que palabra
más políticamente incorrecta y que en campaña, solo se utiliza como arma
arrojadiza contra el contrario. Los más políticamente correctos, utilizan lo de
“la voluntad del pueblo que nos ha elegido para que a través de nuestra forma
de gestionar con honestidad y eficacia, todo el ciudadano gane y en general
nuestra ciudad”… o algo así.
Esto, que acabo de
contarles, no me va a granjear ninguna simpatía por parte de los que ganen o
hayan perdido. Es más, metafóricamente hablando, así lo espero, me “fusilen” al
amanecer. Pero, a estas alturas de la película, les extraña a Vds. estas
cosas?, no lo de las represalias a mi persona o grupo u ONG, que es un hecho. Estas
palabras las hago en primera persona, o sea yo mismo. Con una victima, es
suficiente.
Hay un refrán castellano que más de un mayor, allá al norte de Despeñaperros, y por qué no, también al sur del sur, suele repetir y al parecer, no cala mucho; “La primera vez, me engañaste tú, la segunda vez, me engañé yo”. Hay que recordar que este refrán es de los llamados de ida y vuelta, pues nadie se siente aludido como engañador o embustero y si, todos nos sentimos verdaderamente engañados.
Pero, no es esa su moraleja, la moraleja, la que este servidor interpreta, es que si me engañó alguien una vez, y continúo siguiendo atendiendo y creyendo a esa persona, personaje o autoridad, no debo sorprenderme, que vuelva a engañarme o mentirme. Hasta que tengamos gestores y responsables de sus gestiones y hechos, solo nos quedará el “cuento de la Lechera”… “quince días de buenos gestos y palabras, y fotos recordatorias en todo eso que se llama poder de convocatoria o “Bombardeo” mediático, de medios afines a unos u otro en función de los intereses, son lícitos, mercantiles de profesionales que tanto ellos y sus familias, deben comer a diario.
¿Y eso es todo?
No, aquí hay que dejar claro que el del cántaro de la Lechera, el que se ilusiona con mensajes de prosperidad y que tropieza y lo pierde todo… somos nosotros, si, somos los lecheros y las lecheras que se nos va el gozo por un pozo. Somos los que perdemos, los que pagamos y cada cuatro años, somos “reyes” o “reinas” por unos minutos.
Eso si, nunca “pelees” si
no sabes ni ponerte un guante de boxeo, con un boxeador personal, esto es una
metáfora. Ni se te ocurra hablar o discutir con una o un político, estáis
perdidos, estáis en un terrero que ellos y ellas, dominan. ¿O acaso, no
entrenan en el da a día, al menos durante cuatro años.?. Además con buenos
entrenadores y muy bien pagados… por los “anónimos”.
Solo, os lo puedo asegurar,
es donde se les vence y a la vez, dejamos de frustrarnos. En el trabajo, Dios quiera, remunerado, de tu día a día,
o donde más vais a destacar, en ese trabajo que no siendo remunerado, como es
el voluntariado, limitándote a transmitir tus energías, alegrías y buen hacer
con los más necesitados, jóvenes o mayores. Créeme, los “electos”, no elegidos,
se encuentran como un pez en lo alto de una palmera sahariana, lejos del agua. Y
tú, o vosotros, como estáis? Con algo
que solo el que lo practica y lo disfruta.
Al final, amigas y amigos
míos, solo nos juzgará Dios y también, los humanos, no por lo bien que salgamos
en la tele, nos maquillemos, los 15 cms. de tacón, que se nos vean 18 veces en
los telediarios, etc.
Ni siquiera por lo buenos
que seamos, sino que por lo bueno que seamos y que nuestro trabajo repercuta
gratamente y sea efectiva, para los
demás, en cada día del año.
Cosas como estas, a
diario, lo hacen abuelos y abuelas en una ONG, solo valorada por quienes se
benefician por su labor, los mayores y jubilados de Algeciras.
Y esto, es un hecho, no es
el cuento de la Lechera.
¿Y tan dificil es la solución?
Quizá me tacheis de osado o atrevido, pero, a mis años... qué dificil es cambiar y cuando ves que se recogen frutos a través de actos humanos, para mi, los más importantes. Pues bien, si, hay solución.
Los que "leviten" o caminen sobre los 15 cms., que sientan el empredrado, el suelo, se humedezcan los pies, sobre todo tras las últimas lluvias que a algunas calles las ha inundado. No , no es tiempo de reproches.
No, vean vds. enemigos en todo aquel o aquella, que les aconseje en beneficio del ciudadano o del pueblo. No dividan la ciudadanía entre "los nuestros" y "los otros". Todos son ciudadanos, más simpáticos unos, menos otros... pero, recuerden que cada cuatro años, a "los otros", también les enviarán el sobre de los comicios y estarán entre los oyentes de sus sloganes.
Desconfien o pongan en cuarentena a toda aquella persona que, por sistema, les adula y aprueba todo lo que acertadamente o no, piensen o decidan. Reúnanse con personas que tengan opinión propia, al principio, les puede chocar e incluso contradecir. Pero, sumen, por el ciudadano, el ñueblo y por Vds. mismos.
Recuerden la silla, sillón, despacho que ocupan, es de todos los ciudadanos, no son propios o propias de la autoridad que representan. ¿Y si eso lo dicen en campaña, y ahora, se les olvidan... tomen "memorin" o algo así, de venta en farmacias.
O de lo contrario, como decimos por aquí "no me echen cuenta". Total, solo soy un anónimo para unos y de "los otros" para quienes no les agrada que le adoren la píldora. Eso si, cada día hay que ayudar a quien lo necesite, aunque no nos voten.
" La verdad, da miedo, la falsedad, pena."
Todo una grandísima verdad
ResponderEliminarMuy buen artículo, te felicito Ángel
Saluditos