Los del bar frente a la Iglesia.!!

"Todos los órganos humanos se cansan alguna vez, salvo la lengua." (Konrad Adenauer) 

Probablemente, estas cosas, ocurran en cualquier población, generalmente en pueblos, de nuestra geografía nacional. Digo pueblos, porque el urbanita suele disimularlo más y puesto a esperar, hace otra actividad diferente a mover la lengua a diestro y siniestro. 

Pero, en este pueblo, como en otros, hay unos clientes habituales en “prime time”, que no son otras horas que, las de catequesis y horarios de misas. 

 Y cual es su “edificadora” función, o más bien reparador asunto social, que va más allá de “cafés con gotas”, vinos y/o cervezas?, criticar y tirar a “matar” de forma figurada, a todo aquel o aquella que entran en el templo de enfrente, donde no sirven copas y suele ser, lugar de oración o de evangelización a través de la catequesis para los niños y niñas, algunos o algunas… parientes de los “juzgadores asidos a la copa o vaso”. 

Que son libre de criticar?... sí. ¿Qué hasta insultan?.. También. Que la denominación habitual a los que entran en ese templo es la de “meapilas”?, así es. 

El cristiano, lo debe tener asimilado y debe ser habitual el que los que no creen en Dios, sean perseguidores, a su manera, de los que siguen a pesar de todo, a Jesús. 

Pero, lo que a estas alturas de la película, es que estos “individuos”, “héroes de la burla a petit comité”, no solo faltan al respeto de manera pública, en el “unplugged” del bar, a los “meapilas” o visitantes del templo católico, sino que , aquí está la variedad, entre ellas , las que rezan , son catequistas o solo colaboran en Cáritas Parroquial… están sus propias esposas, que al finalizar esa labor espiritual y social, son recibidas por estos “jueces espirituales y salvadores de los silencios de los bares”, que les reciben con un esbozada sonrisa, para luego continuar la jornada. 

Entonces? Vds. Creen que estos “elementos”, en casa, cambian de actitud?... pues no. Siguen “respetando” , pijama puesto y desde el sofá, a sus correspondientes esposas, agradeciéndole lo bien que hacen la cena, recogen los platos y además, las “siervas”, les comentan… ¿cariño, quieres algo más? Si bebiendo, se suele arreglar pocas cosas, estas, serán peores si además van acompañadas de odio, ignorancia y alcohol. 

Pues bien, como cristianos, nos debe dar pena este prototipo de individuo y rezar por él.

"La mayoría de las personas gastan más tiempo y energías en hablar de los problemas que en afrontarlos." (Ford, Henry)