"He
gastado mil días en descifrar todas las mentiras que ahora son verdad".
(De la canción "Alguien como tú".)
Hoy lunes 17 de noviembre se cumplen 15 años del
fallecimiento de Enrique Urquijo, músico madrileño fundamental de las
dos últimas décadas del siglo XX tanto por sus composiciones para Los
Problemas como para Los Secretos, nombre básico del pop español
Su andadura artística comenzó a finales de los
setenta en el grupo Tos junto a su hermano Álvaro Urquijo y José Enrique
Cano 'Canito'. Tras el fallecimiento de este último cambiaron su nombre a Los
Secretos, un proyecto que desde el primer momento sorprendió por su frescura y
su elegancia.
El miércoles 17 de noviembre de 1999 el músico Enrique
Urquijo, líder y fundador del grupo Los Secretos, fue encontrado muerto en un
portal de la calle Espíritu Santo, en el madrileño barrio de Malasaña. Tenía 39
años. La autopsia confirmó las sospechas de familiares y amigos: Enrique había
muerto de una sobredosis al mezclar diversas sustancias como heroína,
cocaína y tranquilizantes.
Una tragedia para el pop español que, a pesar de los
altibajos de su carrera, reconocía en Enrique Urquijo y Los Secretos uno de los
capítulos fundamentales de su historia. Temas como "Buena chica",
"La calle del olvido", "Quiero beber hasta perder el
control" o la inevitable "Déjame" son solo muestras de un
magnífico legado musical que está a la altura de muy pocos artistas en
este país.
(Leiva, en el homenaje a Enrique Urquijo)
Por ese motivo, y coincidiendo con el décimoquinto
aniversario de su muerte, un grupo de músicos y amigos de Enrique Urquijo han
participado en la grabación de Han llovido 15 años, un CD+DVD con clásicos
de su discografía que une a nombres históricos y compañeros de generación
de Los Secretos (Burning, Los Elegantes, Mamá) con otros que reconocen en la
banda madrileña una fuente de inspiración (Leiva, Rebeca Jiménez, Marwan, César
Pop), entre otros.
Tos y
los inicios de la movida
Enrique Urquijo nació en Madrid el 15 de febrero de 1960, en
el seno de una familia acomodada. Hijo de un ingeniero que pasaba largos períodos
trabajando fuera de España y una ama de casa, Enrique pronto comenzó a
interesarse por la música hasta el punto de que a finales de los 70 formó
el grupo Tos junto a sus hermanos Javier y Álvaro y el batería José
Enrique Cano ‘Canito’, que ejercía como líder de la banda.
Tos formaron parte de la primera oleada de grupos de la
llamada Movida madrileña, junto a Paraíso,
Mamá o Kaka de Lux, a cuyos miembros conocían debido a que se movían en los
mismos ambientes. Sus primeras maquetas ya incluían un tema que marcaría la
historia de Enrique y el resto de Los Secretos, "Déjame".
El futuro parecía más que prometedor para Tos
cuando una tragedia golpeó de lleno a sus componentes. El 1 de enero de
1980 Canito sufrió un accidente de tráfico en la Nacional VI cuando se dirigía
en compañía de un grupo de amigos –muchos de ellos músicos- a una fiesta de Año
Nuevo en el municipio de Villalba, falleciendo dos días después.
Lejos de significar el final de la carrera musical de los
Urquijo, aquel hecho supuso un impulso inesperado. Los músicos más cercanos a
Canito decidieron hacer un concierto homenaje al carismático batería. El
círculo se fue ampliando y al final tomaron parte del mismo buena parte de las
nuevas bandas que desde hacía meses estaban sacudiendo el panorama musical
español, inspiradas en el punk y la new wave que llegaban desde Londres y Nueva
York.
Así, el 9 de febrero de 1980 el ‘Homenaje a Canito’ reunió
en el salón de actos de la Escuela de Caminos a grupos como los
propios Tos, Nacha Pop, Alaska y los Pegamoides, Paraíso, Mermelada, Mamá,
Mario Tenia y los Solitarios, Trastos y Los Rebeldes –sin relación con la
banda barcelonesa del mismo nombre-. Aunque hay acuerdo en señalar que las
actuaciones fueron bastante pobres tanto en lo referente al sonido como al nivel
técnico de los grupos, el Homenaje a Canito está considerado como el momento de
fundación de la Movida madrileña. A ello contribuyó el hecho de que TVE
emitiera el concierto en diferido.
"Déjame":
ascensión y caída
De pronto, las discográficas vieron en aquel movimiento un
filón y se lanzaron a ofrecer contratos de grabación a aquellos grupos de
melodías y letras sencillas, a veces con un deficiente bagaje musical, pero que
supusieron un soplo de aire fresco en la España del postfranquismo.
Tos se rehicieron de la tragedia. Pronto ficharon un nuevo
batería –Pedro Antonio Díaz, que casualmente moriría años más tarde, también en
accidente de tráfico- y cambiaron el nombre por el de Los Secretos, con el
que en 1981 publicaron su primer disco, homónimo. En esta primera etapa el
grupo gozó de un gran éxito inicial, sobre todo gracias a temas como
"Déjame", "Otra tarde" o "Sobre un vidrio
mojado".
Pero todo empezó a torcerse cuando las drogas duras
entraron en el seno de la banda. Enrique y Álvaro se convirtieron en adictos,
lo que fue lastrando artísticamente a la banda, muy afectada por los problemas
personales de sus dos caras más visibles.
A ello hay que unir el desprecio que sentían ciertos
elementos más radicales de la Movida hacia grupos como Los Secretos, Mamá
o Nacha Pop, a los que apodaron ‘babosos’ –por su gusto por las melodías-
frente al grupo de las llamadas ‘hornadas irritantes’ que
encabezaban Glutamato Ye-ye y Derribos Arias. Aquel calificativo hizo
mucho daño a Los Secretos y a Enrique Urquijo en particular y desacreditó al
grupo en ciertos sectores de la crítica. Curiosamente, con el paso de los años
han sido los ‘babosos’ quienes han logrado carreras más sólidas y contrastadas
que los ‘irritantes’, la mayoría de ellos hoy en el olvido.
Cruce
de caminos
A mediados de los 80 Los Secretos ya no existían y Enrique
Urquijo, rehabilitado de sus adicciones, se planteó cambiar radicalmente de
estilo y grabar en solitario. Finalmente su entorno le convenció de que era
absurdo renunciar a su pasado por lo que recompuso la banda, en la
que únicamente permaneció su hermano Álvaro, y mantuvo el nombre.
Pero sí dio un giro importante al estilo del grupo,
alejándose del power-pop de sus primeros discos y acercándose al country-rock,
un género en el que se sentía mucho más cómodo y sobre el que cimentó el nuevo
camino de Los Secretos, con discos como El primer
cruce, Continuará o La calle del olvido.
Pero de forma paralela a su éxito y reconocimiento
popular, Enrique Urquijo vivió constantemente en un tobogán, en el que las
adicciones al alcohol y las drogas se convirtieron en un lastre para su
carrera. Era una persona de carácter triste, melancólico e introvertido, como
reflejan a la perfección buena parte de sus letras. Títulos como "Amiga
mala suerte", "Qué solo estás", "Y no amanece" o
"Buscando" son declaraciones de intenciones y reflejos de una
vida atormentada que, según muchos testimonios, se acentuó tras un
desengaño amoroso juvenil, como asegura el periodista Miguel A. Bargueño
en Enrique Urquijo: adiós tristeza, un libro imprescindible para
comprender la poliédrica personalidad del intérprete.
“Lo arrebatador de Los Secretos es que, aunque la letra
fuera muy sencilla, sabías que era una vivencia suya”, asegura en libro el
músico José María Granados, componente de Mamá y uno de los grandes
amigos de Enrique Urquijo dentro del circuito musical.
A Enrique nunca le gustaron los caminos rectos y
fáciles de transitar. Cuando en los años 90 Los Secretos habían alcanzado un
estatus de grupo establecido y se habían ganado el respeto general –gracias a
discos tan sólidos como La calle del olvido o Adiós tristeza-,
decidió dar una nueva vuelta de tuerca a su carrera fundando Enrique
Urquijo y los Problemas, un proyecto en solitario de carácter acústico en el
que dio rienda suelta al amplio abanico de influencias que rumiaban en su
interior: polkas, fados, canción de autor y, por supuesto, rancheras, uno de
los géneros que Los Secretos contribuyeron a poner de nuevo de moda en España.
A mediados de los 90 no era extraño encontrar a Enrique, el
mismo músico que llenaba grandes locales con Los Secretos, subido a un
pequeño escenario en algún bar de Malasaña y tocando para unas pocas
decenas de personas, acompañado de Begoña Larrañaga, la acordeonista que se convirtió
en su mano derecha en la época de Los Problemas.
En la etapa final de su historia con Enrique, Los
Secretos alcanzaron un enorme éxito gracias a un recopilatorio que ponía
de manifiesto el magnífico legado musical de la banda. Escuchar uno detrás de
otros todos aquellos temas dejaba claro que estábamos ante un grupo fundamental
en la música española. Los Secretos habían logrado trascender el estrecho
contenedor de la Movida madrileña para convertirse en clásicos.
Triste
final
Pero la vida de Enrique Urquijo seguía siendo complicada por
culpa de las drogas. Ni siquiera el nacimiento de María, su hija –a
quien dedicó "Agárrate a mí, María", una de sus más bellas
composiciones- supuso una estabilidad para el músico, empeñado en seguir un
camino de autodestrucción que también transitaron otros compañeros de
generación como Antonio Vega, cuyas
vidas guardan muchos paralelismos.
En 1999 Enrique trató en varias ocasiones de desengancharse
definitivamente. A principios de noviembre ingresó en una clínica de
desintoxicación, con la intención de dar un cambio a su vida,
especialmente por la necesidad de cuidar de su hija y disfrutar por primera vez
en mucho tiempo de una relación sentimental estable.
Pero el día 16, según cuenta Miguel A. Bargueño en su libro,
pidió el alta voluntaria y la dirección del centro le reembolsó una gran
cantidad de dinero como parte de la fianza que había pagado al entrar. Ese
mismo día el músico desapareció, aunque todos sus pasos apuntaban hacia un piso
de Malasaña donde vivía un camello que frecuentaba en momentos de crisis..
Al día siguiente, el 17 de noviembre, su cuerpo sin
vida apareció en el portal del edificio, confirmando todos los malos presagios
de sus amigos y familiares. Las drogas, una vez más, se habían cobrado la vida
de un genio de la música española.
Los
Secretos… sin Enrique Urquijo
Aunque parecía inimaginable, Los Secretos supieron
sobreponerse a la tragedia. De hecho, Álvaro Urquijo asumió plenamente las
riendas de la banda, algo que ya venía haciendo en los últimos años debido a
las inesperadas ausencias de su hermano. Lejos de vivir únicamente de la
rentas, Los Secretos siguen publicando nuevos temas con regularidad y gozan de
un gran prestigio como grupo de directo.
Pero inevitablemente la sombra de Enrique Urquijo planea en
cada uno de sus conciertos. Es difícil olvidar una personalidad como la suya,
la de un poeta triste y melancólico cuya vida y excesos fueron fuente de
inspiración de una de las obras más importantes de la música popular
española.
"Pero
como explicar, que me vuelvo vulgar, al bajarme de cada escenario" (Enrique
Urquijo - OJOS DE GATA)
Fuentes:
Europapress.es
Alberto León
La Fonoteca.Discográfica.
Vaya historia , que pena que la droga acabe con personas que son verdaderos genios,
ResponderEliminarEste grupo es genial , aunque han perdido un pilar importante para ellos ,sin Enrique no es lo mismo.
Sigue vivo en nuestro recuerdo