Desde el Domingo de Ramos las procesiones recorren ya las calles de todas las poblaciones y el sonido de tambores y bombos inunda cada rincón del Bajo Aragón, en un acto que atrae a miles de visitantes.
En mi caso, la primera vez, me encontré de lleno con algo sorprendente. Había aprovechado estas fechas, allá por los 80, para conocer un pueblo pequeñito y que a nuestra familia llamaba mucho la atención, Corbalán.
Siempre habíamos hablado de él como de nuestro pueblo, por aquello del apellido y sin embargo fue importante aquella visita para descubrir el entorno, los pueblos y la comarca. Sobre todo, sus costumbres y tradiciones en Semana Santa.
Y entonces, lo aproveché. Visité la llamada Ruta del Tambor y Bombo del Bajo Aragón que, está formada por los pueblos de Albalate del Arzobispo, Alcañiz, Alcorisa, Andorra, Calanda, Híjar, La Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén.
En casi todos ellos se celebran ascensiones al Calvario, "Romper la hora" y procesiones de toque de tambor y bombo, pero a pesar de ser pueblos muy próximos entre sí, existen muchos aspectos de sus Semanas Santas que hacen de cada pueblo un mundo.
A lo largo de toda la semana los colores morado, negro o azul desfilarán en diferentes procesiones, acompañando a los pasos de la Semana Santa, y llenando el ambiente de fervor, devoción y como no, el incesante retumbar de unos instrumentos ancestrales que cada año se convierten en protagonistas.
Los tambores y los bombos, protagonistas en el Bajo Aragón.
El Bajo Aragón es una región cargada de historia y tradición que se refleja en su sonido más característico: el retumbar de los tambores y los bombos de Semana Santa.
Desde las alturas de los Puertos de Beceite y Peñarroya, tocando con las provincias de Castellón y Tarragona donde se unen las tres en el Tossal dels Tres Reis a 1356 m., tocando con la provincia de Castellón, hasta los llanos de Alcañiz y Calanda, los diferentes pueblos de arabizados nombres han sabido mantener intactas sus tradiciones combinándolas con las necesidades de la vida moderna, en una clara muestra de su carácter abierto a las novedades y hospitalario con los foráneos.
La espectacular y ruidosa celebración de la Semana Santa del Bajo Aragón está declarada de interés turístico. En ella, el sonido de los bombos y los tambores recuerdan el estremecimiento que sacudió a la naturaleza en el instante en que Jesucristo falleció en la Cruz, y enraíza con las tradiciones precristianas de los ritos del renacimiento de la primavera tras el invierno.
Dicen que los tambores y bombos del Bajo Aragón los trajeron en el medievo las Órdenes Militares. Dicen que cuando calatravos, sanjuanistas, franciscanos... llegaron, ya los aborígenes "sobaban" las pieles para los parches. La tradición oral nos ha traído infinidad de leyendas mezclando pastores y artesanos, curas y órdenes militares.
Para al viajero que se acerque a la Ruta del Tambor y Bombo hay que aconsejarle que no se quede en las leyendas, que se meta en la tierra, que admire las casonas, las calles estrechas, las cuestas empinadas; las iglesias con sus "mormentos"; los calvarios con una imaginería cada día más rica y sorprendente; las ricas reposterías locales y la cocina típica que ya por sí sola merece un viaje. Y los tambores y bombos, como no.
En casi todos estos pueblos, lo decíamos antes, se celebran eventos similares y sin embargo existen ligeras diferencias. A continuación exponemos las diferencias más importantes.
La primera diferencia entre los pueblos de La Ruta del Tambor y el Bombo, además de los horarios de las procesiones, "Romper la hora" y otros tipos de actos, son las marchas y los toques, ya que no en todos los pueblos se tocan las mismas marchas sino que cada pueblo tiene las suyas propias. Los pueblos más próximos comparten muchas marchas, pero cuanto mayor distancia los separa, las marchas se van diferenciando cada vez más.
Otra característica diferenciadora de cada uno de los nueve pueblos de La Ruta del Tambor y Bombo es la indumentaria utilizada para el toque de tambor y bombo. Mientras que en La Puebla de Híjar, Híjar, Samper de Calanda y Albalate del Arzobispo, la indumentaria es la clásica formada por túnica, cinto y tercerol negros; en otros pueblos como Calanda y Alcañiz esta tradición ha variado por completo, siendo la indumentaria en el primer caso color morado y en el segundo azul celeste. Además, en Urrea de Gaén ha sido eliminado el tercerol, de igual forma que en Andorra, donde además ha sido añadido el cinto rojo. En ambos caso se ha conservado el color de la indumentaria clásica.
Así es que, si visitas esta comarca aragonesa en estas fechas, debes saber que, ir a la Ruta del Tambor y Bombo en Semana Santa, es entrar en sus iglesias y encontrar la verdadera fe; degustar las ricas variedades de almendrados, "malhechas", torticas de alma, los bollos llorones y si no es Viernes Santo, prueba la carne a la brasa, las judías con morro y oreja, las migas, el queso de la tierra, escucha el tambor y el bombo, o mejor aún, pide una túnica y un tambor e intenta un redoble. Víve esta Semana Santa...seguro que volverás.
Fuentes:
El bajo Aragón
La ruta del tambor
Ángel Corbalán
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Que opinas?