Cuando se vota en una campaña electoral, sea para lo que
sea, generalmente, lo hacemos convencidos. Probablemente, no por nosotros
mismos, sino por alguien; un vecino, un conocido, un amigo, una afinidad o
tendencia, por feeling con el candidato
o candidata... por no quedar mal con nadie...
Pero, rara vez, lo hacemos reflexivamente y con total
convencimiento. Digo reflexivamente, y me refiero, a que tras un periodo y de
evaluar las alternativas, con la memoria necesaria para saber quién es quien...
estamos convencidos de votar la mejor opción que se nos presenta.
Mi abuelo decía; "Neniño, recuerda esta frase y más
adelante la comprenderás, ya que te servirá para todo en la vida... "la
primera vez, me engañaste tú, la segunda vez, me engañé yo".
Cuando mi abuelo me decía esto, no había elecciones. Era un
refrán castellano-gallego, donde te recordaban que si volvías a confiar en
quien te había engañado, el que permitía otro segundo engaño... eras tú
mismo".
Por lo tanto, si creemos que al votar, elegimos lo mejor
para nosotros mismos, nuestros vecinos y vecinas, hagámoslo reflexivamente.
Todos los partidos políticos, son buenos, aún más en el
periodo electoral, como los pretendientes antes de ennoviarse con la chica la que quiere conquistar. Pero, recordar lo
del abuelo, "La primera vez, me engañaste tu, la segunda vez, me engañé
yo".
Así que, reflexionemos, busquemos la mejor elección para
nosotros y nuestros conciudadanos y ante la duda, no demos opción a quien, desde
nuestra reflexión, nos haya engañado. De lo contrario, nos engañaremos a
nosotros mismos y a nuestros conciudadanos. Y no hay marcha atrás.
Buena reflexión y que gane el mejor para estos pueblos de
España y Europa. Dios lo quiera. Amén
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