miércoles, 25 de julio de 2018

Importancia de Santiago el Mayor, Patrón de España.






Santiago es uno de los doce Apóstoles de Jesús; hijo de Zebedeo. Él y su hermano Juan fueron llamados por Jesús mientras estaban arreglando sus redes de pescar en el lago Genesaret. Recibieron de Cristo el nombre “Boanerges”, significando hijos del trueno, por su impetuosidad.

En los evangelios se relata que Santiago tuvo que ver con el milagro de la hija de Jairo. Fue uno de los tres Apóstoles testigos de la Transfiguración y luego Jesús le invitó, también con Pedro y Santiago, a compartir más de cerca Su oración en el Monte de los Olivos.




Los Hechos de los Apóstoles relatan que éstos se dispersaron por todo el mundo para llevar la Buena Nueva. Según una antigua tradición, Santiago el Mayor se fue a España. Primero a Galicia, donde estableció una comunidad cristiana, y luego a la ciudad romana de César Augusto, hoy conocida como Zaragoza. 

La Leyenda Aurea de Jacobus de Voragine nos cuenta que las enseñanzas del Apóstol no fueron aceptadas y sólo siete personas se convirtieron al Cristianismo. Éstos eran conocidos como los “Siete Convertidos de Zaragoza”. 





Las cosas cambiaron cuando la Virgen Santísima se apareció al Apóstol en esa ciudad, aparición conocida como la Virgen del Pilar. Desde entonces la intercesión de la Virgen hizo que se abrieran extraordinariamente los corazones a la evangelización de España.

En los Hechos de los Apóstoles descubrimos fue el primer apóstol martirizado. Murió asesinado por el rey Herodes Agripa I, el 25 de marzo de 41 dC (día en que la liturgia actual celebra La Anunciación). 

Según una leyenda, su acusador se arrepintió antes que mataran a Santiago por lo que también fue decapitado. Santiago es conocido como “el Mayor”, distinguiéndolo del otro Apóstol, Santiago el Menor.


La tradición también relata que los discípulos de Santiago recogieron su cuerpo y lo trasladaron a Galicia (extremo norte-oeste de España). 




Sus restos mortales están en la basílica edificada en su honor en Santiago de Compostela. En España, Santiago es el más conocido y querido de todos los santos. 

En América hay numerosas ciudades dedicadas al Apóstol en Chile, República Dominicana, Cuba y otros países.

Con todo, el relato quedó enraizado en la tradición ibérica y en el año 1630, siendo dicho monarca Felipe IV, el papa Urbano VIII decretó oficialmente que el Apóstol Santiago, el Mayor, fuera considerado solo y único Patrón de la Nación Española. 

«Dios hizo a Santiago, Patrón de España, que no existía entonces, para que cuando llegue el día pudiera interceder por ella y volverla otra vez a la vida con su doctrina y con su espada», afirmó en una ocasión Francisco de Quevedo.

Santiago ha derivado en numerosos nombres muy comunes en España, en especial en Galicia: Jacobo, Jacob, Yago, Iago, Jaime, Tiago, Santiago o Diego. En el caso del nombre de Diego, todo hace pensar que es la incorrecta separación del nombre Santiago: San Tiago. 

Sin embargo, todos son variantes en español del nombre hebreo Ya'akov, que significa, según la etimología popular contenida en la Biblia, «sostenido por el talón/


¡Santiago y cierra, España!





En la tradición militar de España, el grito de guerra «¡Santiago y cierra, España!» ha sido utilizado por los soldados desde la Reconquista hasta la época moderna antes de cada carga en ofensiva. El significado de la frase es, por una parte, invocar al apóstol Santiago, que según la leyenda se apareció durante la batalla de Clavijo (844) para combatir junto a los cristianos, y por otro, la orden militar cierra, que en términos militares significa trabar combate, embestir o acometer.




Al grito de «Santiago y ¡cierra, España!», Hernán Cortés se abrió paso en la batalla de Otumba (1520) junto a cinco jinetes (Pedro de Alvarado, Alonso de Ávila, Cristóbal de Olid, Rodrigo de Sandoval y Juan de Salamanca) en dirección al jefe militar azteca. Según una leyenda que surgió poco después de la batalla, el Apóstol Santiago, patrón de España, también secundó a caballo la carga casi suicida contra miles de guerreros aztecas, como se cuenta que había hecho en varias contiendas contra los musulmanes en la Península Ibérica.



"Los Hijos del Trueno"




Para finalizar, los dos hijos del Zebedeo (Hijos del Trueno, los llamó Jesús), Santiago y Juan, fueron el primero y el último en morir de los apóstoles de Jesús. Santiago fue decapitado por orden de Herodes Agripa I, en Jerusalén... Juan, murió ya longevo , tras escribir el Apocalipsis.

martes, 10 de julio de 2018

La mochila, siempre vacía… de odio!!



Erase una vez un joven que haciendo la mili, pasó de una bandera a otra, siendo funcionario, comenzó una guerra, y disparaba por una bandera, entre tiro y tiro, sobrevivió y alguien , quienes mandaban, dijeron que la bandera buena era la primera que él conoció y le mandaron disparar. 

Es la historia de un joven que luchó a favor de su país , su bandera, durante 3 años y medio.... sobrevivió a la guerra, trabajó duro, tuvo que emigrar como gallego que era, no por ideales, no hay ideales (guays) si hay que ganar dignamente la comida para una familia.




Esa es la historia de muchos españoles que eran mozos en el 1932. Es la historia de muchos padres que ya no están entre nosotros.

Los mismos que en 1978, se alegraron que otros hicieran una paz, que él ya la había hecho. Pues, para él, que la hizo, la guerra finalizó en el 1939. Y la Democracia llegó en 1978.

Decían en un programa de la radio "Gente Viajera", lo dirige la gallega, Esther Eiros, aprovechando la fiesta de los premios que se dan en Barcelona, por la asociación de empresarios gallegos en Cataluña, que... " El gallego, tiene una ventaja, que al tener que emigrar, o hacer caminos o trabajar en otras tierras, lleva la mochila vacía... si, vacía de odio. Y sólo la llena de buenos recuerdos, de su tierra gallega y de su país España.”




Si no nos empeñáramos en odiar, tal vez, tendríamos espacio en el cerebro, en el corazón, para amar... empezando por amarnos a nosotros mismos.

Es una historia real. Y a la vez, una "chaladura" de Ángel Corbalán