Decía San Agustín, interesante tenerlo en algún libro de mesita de noche, entre otras cosas que; “Errar es humano, perseverar en el error es diabólico”.
Pues de eso voy a reflexionar, de la perseverancia y no la
diabólica, nos libre Dios.
La perseverancia aparece en los peores momentos, justo
cuando todo parece desmoronarse frente a nuestros ojos; su recompensa, por otro
lado, es directamente proporcional a la angustia y la desolación que sentimos
antes de adoptarla como actitud para nuestras batallas.
Podría citar en estos últimos 7 años, miles de ejemplos… uno
podría ser, cuando te consideras útil y que formas parte de un grupo que a su
vez, trabaja para el bienestar de otras personas y dentro del voluntariado
real… no confundir con el “voluntariado al uso”.
La diferencia entre un voluntariado real y el otro… es que en el primero, haces cosas para cambiar las cosas a pesar de no percibir ayuda de las miles que se publican en los Bojas, edictos, etc.
Por lo tanto, mientras estás en la trinchera o en el “campo
de batalla”. Seré menos belicoso, en los centros de mayores, asociaciones,
centros escolares… durante esos 9 meses,
nunca estás sintonizando la frecuencia de las alegrías de donaciones o
subvenciones.
El otro voluntariado, dispone de todo el tiempo del mundo y
algunas décadas de experiencia para centrarse en el éxito de la subvención. Y
lo consiguen, son unos cracks. Lástima que nadie les pregunte si cumplen o no…
objetivos.
En nuestro caso, Mayor-Net, prima los objetivos… en 7 años, no hemos tenido éxito en las subvenciones… y no pretendíamos perseverar en ello… por lo diabólico. O ayudas a la gente o te centras a coger subvenciones…
Es esencial tener claro que no se puede alcanzar el éxito si
se transita indefinidamente un camino que nos haya conducido al fracaso.
En otras palabras, perseverar no consiste en intentar lo mismo una y otra vez,
sino en mejorar los métodos, en probar cosas diferentes, sin miedo a tener que
comenzar nuevamente. Eso sí, nunca olvidar el objetivo que nos trajo como
voluntarios a esto que inventamos.
Caemos en la frustración, al sentirnos menos respetados. Pero, observamos lo que conseguimos… y nos levantamos. Es lo nuestro… es la diferencia entre el valor de un trabajo de voluntariado y el precio de otras personas.
Varias personas dicen que quieren alcanzar el éxito, pero
una vez que comienzan las primeras dificultades, se desmotivan por completo y
renuncian a esos proyectos que supuestamente eran sus sueños.
Otra gran ventaja de la perseverancia, es que cada nueva
acción orientada a una meta es una oportunidad de decirte a ti mismo “deseo
esto de todo corazón”. Y entre más actividades realices, finalmente te
convencerás de tus proyectos, tendrás esa fe necesaria para triunfar.
Y aún en los peores momentos, cuando en los bolsillos no hay
euros y la pensión no da para “milagros”, lees realidad, no ficción, lees el
“cuaderno de bitácora real de lo cotidiano”… y dices a tus compañer@s...
“Neniñ@s, esto lo hemos hecho nosotr@s” … a pulmón y a través de fe en nuestras
posibilidades, en nuestra labor y por nuestra constancia…
Besos y abrazos, compañeros, compañeras, alumnado, personas
que creen en esta labor y también, a quienes nos permiten llevar a cabo esta
bendita locura…
Dios proveerá…
Hay personas que invierten tiempo y conocimiento, lo que de ambos disponen, para ayudar a gente menos favorecida. Créanme, a la vez, los que ayudan a otros, se ayudan así mismo. Eso no quita que , su labor, pueda ser poco comprendida.
ResponderEliminarSe pueden contar experiencia, eso nos pasa a los que cumplimos años y no siempre cerca de casa. También se pueden dar a conocer muchas cosas y con el ánimo de que sirva para mejorar las cosas.
La Parábola del "Sembrador", es muy rica y didáctica. Quien les escribe, que es conocido por alguna gente de esta comarca y de otras, puede intentar ayudar a muchas personas y también, es posible que otras personas, o algunas de ellas, se sientan molestas o peor aún, utilice mis textos, experiencias propias y hasta mi corriculum, para desfavorecer a las personas de mi família, amigos y por supuesto... a mí mismo.
Aún así, no pierdo la esperanza de que cualquier cosa que comente, llegue a alguien que lo mejore. Por mí y por él o ella.
Espero contestar con ello a ciertos anónimos que ñrobablemente mal interpreten mis textos o los que , algunos aprovechados, plagien o mal utilicen.
Dios proveerá.