El Día Internacional de la Mujer del 8 de marzo
fue declarado por la ONU en 1975. Dos años más tarde se convirtió en el Día
Internacional de la Mujer y la Paz Internacional. En Estados Unidos se celebra
oficialmente tan solo desde 1994, a pesar de que es en aquel país donde se
encuentran los orígenes de la conmemoración.
La explicación más verosímil se remonta a mediados del siglo
XIX, en plena revolución industrial. El 8 de marzo de 1857,
miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva
York con el lema 'Pan y rosas' para protestar por las míseras
condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin
del trabajo infantil.
Son muchos los derechos adquiridos justamente por la mujer
desde entonces. Pero, no los suficientes. Es por ello, por lo que se aprovechan
las diferentes manifestaciones en nuestro país, por ejemplo, para reivindicar
los derechos pendientes de adquirir y que todavía les separa de la igualdad
para con el hombre.
Solas
se van más rápidas, juntas… se llegan más lejos.
Hoy día, es mi opinión, la mayoría de las trabas a la hora
de manifestarse es la falta de acuerdos, consensos y objetivos a reclamar de
manera conjunta. Si se realizara así, como fueron los principios de las
reivindicaciones en el siglo pasado, se llegarían a conseguir los objetivos
planteados e incluso más allá de lo previsto.
Sin embargo, el estilo del “cangrejo autóctono”, el que
emplean algunos cangrejos al tirar de otros que pretenden salir del cesto,
consiguen que se dividan, se hagan diferentes clases de reivindicaciones, se
descalifiquen entre las manifestantes, que hayan de primera y tercera… y no
consigan la fuerza y el éxito del objetivo final, a través de un proyecto o
manifestación común. Que les separe ideas políticas y no lo que les deberían
unir… ser mujeres.
Sin unidad y consenso, se convierte en parte del carnaval. Debería haber un objetivo común y que beneficie a la mujer o las mujeres... no a las más o menos guays...
Por lo tanto, si continúan en este estilo, si no se unen,
les harán un flaco favor a la mujer o las mujeres. Y por lo tanto, facilitarán
que las brechas a favor del hombre, sean más grandes.
Reflexionen, antepongan lo que dicen y no lo que piensan. Hagan
las movilizaciones por las mujeres y no, por los intereses múltiples de
diferentes partidos políticos. Que la mujer, nunca sea la peor enemiga de otra
mujer.
(Y del trabajo infantil... qué hacemos?)
Y por cierto, el trabajo infantil y su explotación… siguen
creciendo. Para eso no hay manifestaciones... de ningún color.
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