miércoles, 1 de mayo de 2019

El líder y el equipo de gobierno?




Es difícil generalizar a la hora de hacer una reflexión y opinar sobre cualquier grupo de trabajo; empresa, estudio, objetivos sociales, etc,.

Para alguien que siempre ha trabajado en equipo desde la adolescencia, resulta difícil entender cómo se les denomina equipo (de gobierno, trabajo, directivo) a un grupo de personas que desconocen las funciones que ocupan dentro de una estructura propia de la responsabilidad de un equipo.

Igual me meto en un charco. Pero, desde hace un par de décadas, suele ocurrir habitualmente en la política y a la hora de gobernar. A la hora de trabajar, no es lo mismo.

Cuando no se está gobernando. En el frente de la labor dura y constante suelen estar los más idóneos para conseguir los objetivos.

Sin embargo, a la hora de asumir la responsabilidad de gobierno, es distinto. Grave error.

Hoy no vale competir con imágenes o nuevas tecnologías desde un gobierno, el que sea, con nuestros menores que manejan los selfies, redes sociales y canales youtube.

                     
               

Lo que prima son los resultados y no las imágenes ni el photoshop.
Cualquier responsable de un área ha de saber que ocurre en ella. Es el o la responsable y por ello se les paga.

En la empresa privada, prima la competencia y la incompetencia no pasa desapercibida. Es más, tiene sus consecuencias claras y en tiempo.

En el caso de un equipo de gobierno en cualquier administración pública, al parecer, no es necesario la competencia. Es más, ni se les supone.

Aún detectándose la inoperancia del cargo, se juzga cada 4 años. Sin embargo, el pueblo, al elegir las siglas o al líder, puede “sufrir” otros 4 años de la irresponsabilidad de los inoperantes de antes.

Lamentablemente es una costumbre que no termina de morir, pero tener a un miembro en una posición en la cual no debe estar, diluye no solamente el liderazgo de la cabeza sino también los esfuerzos y la moral de todo el equipo. Un líder siempre debe ocuparse de que todos los miembros de su equipo estén en la posición en la cual añadan el mayor valor.

Este sistema, en algunos países hispanos, se les denomina clientelismo. Flaco favor se le hace a la población cuando él o la inoperante, a sabiendas de su incompetencia, se sabe agradecido o agradecida a su mentor o mentora. Eso crea una especie de pleitesía al jefe o jefa.

Esto es horrible, esa pleitesía conlleva servir al jefe o jefa aunque no sean ellos quienes te pagan, pues siempre paga el pueblo, y este, tiene miles y miles de caras, ideas, religiones, estaturas, tallas y preferencias futbolísticas.

                       



Esta forma de aglutinar equipos para gobernar no es buena para quien tiene oportunidad de formar un buen equipo de gobierno y  puede resultar frustrante para la ciudadanía.

Para el gobierno de mi ciudad, comunidad y para España, deseo lo mejor. Por mi familia, mis vecinos y compatriotas. Al final, no somos lo que decimos sino lo que hacemos.

Dios proveerá.



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