Maria Dulce, tú que estás en el cielo !!

Mari, tú que estás en el cielo….

Como en otras ocasiones, esta aún es mucho más fuerte, saco mis sentimientos a través de un folio o artículo y así procuro “arrancar” momentáneamente este dolor que me está dañando el corazón.

Hace menos de una hora , tu hija Ana, mi sobrina, me ha llamado al móvil y me ha dicho lo siguiente..” Tito, mi madre está en el cielo”…

Como si de un niño se tratara, he roto a llorar, aún sigo lagrimeando mientras te escribo esta carta. Me has dejado hecho polvo, tenías que venir este verano a la feria de Algeciras.

En Semana Santa, tampoco hemos coincidido, tu te acercabas hasta Benalmádena y yo sin embargo, estaba en Tenerife. Hablamos por teléfono, te acuerdas?. Te recomendé la procesión de Jueves Santo en Málaga, me consta que fuiste y que te gustó el desfile del Cristo de Mena, escoltado por los legionarios y La Virgen, con marineros siguiéndola de cerca en comitiva.

No hace un mes, me recordabas cuando estuviste en Cádiz, en la comunión de mi hijo Ángel y de cómo nos reíamos improvisando con el micrófono. Te reías conmigo y me decías que hacia cosas mejores que navegar. Con lo orgulloso que estaba de mi profesión...

Este verano, cuando te visité en la casa del campo, te vi pletórica. No había problema alguno, aunque ya estabas enferma, y sin embargo, solo contábamos chistes y recuerdos simpáticos de cuando éramos niños.

La semana pasada, te envié por mail a través de tu hija y a la vez mi ahijada Eva, una historia que escribí pensando en aquellos momentos cuando todos los hermanos estábamos juntos. Me consta que lo leistes y te reistes mucho, si es así, lo publicare con el nombre que acordamos… San Francisco 16.

Cómo nos reíamos comentando las veces que espantaba a tus “pretendientes”, con ese “celo” de hermana que siempre tenía. Y que te casastes con Antonio… porque me pilló en el Seminario!

Entonces, como ahora, me pregunto… por qué te has ido?

En silencio, sin quejarte y esbozando una sonrisa……….así te recuerdo de la última vez que nos hemos visto o hablado. En mi mente, en mi recuerdo, está la Mari guapa, alegre y con un cariño enorme para con sus padres y hermanos.

Dicen que los hijos somos egoístas, y es cierto. Yo lo he sido con nuestros padres y también en ocasiones lo he sido contigo.

No es momento de lamentaciones. Tú que me estás leyendo y escuchando desde ahí arriba, sabes al igual que nuestros padres, lo que siento por ti y por ellos y lo triste que me habéis dejado.

Te acuerdas?, mi terapia es la risa, invento chistes y situaciones simpáticas para eliminar las penas y el mal rollo que llevo desde hace años “viviendo” en mi intestino. Me has dejado “jodido”, eso no se le hace a un hermano.

He tenido la oportunidad y no he podido compensar el cariño que me has demostrado. Me queda la esperanza, como creyente, que ahora y sin “tarifa plana”, estaré hablando más a menudo contigo, igual que lo hago con los papás.

Eres una desconsiderada, ni siquiera te has despedido!

O tal vez, es que vas a seguir con nosotros, de momento... yo te llevo en el corazón.

Nos vemos Mari!


P.D. Nena, te dejo la canción que tanto te gusta, la versión no es mala, pero al menos dura más de 30 segundos.